El aumento del teletrabajo ha generado cambios significativos en la demanda de transporte, especialmente en las zonas urbanas. Al reducirse la necesidad de desplazamientos diarios a oficinas, se ha registrado una disminución en los viajes durante las horas pico, lo que ha aliviado la congestión del tráfico en algunas ciudades. Este cambio ha afectado especialmente al transporte público, ya que muchas personas prefieren trabajar desde casa en lugar de utilizar autobuses o trenes, disminuyendo así los ingresos y el uso de estos servicios.

Sin embargo, el teletrabajo ha incrementado los viajes no planificados o fuera de los horarios tradicionales, como desplazamientos para realizar compras o actividades de ocio. Esto ha creado una demanda más dispersa y menos predecible en los sistemas de transporte. Las empresas de movilidad también están adaptándose, ofreciendo soluciones más flexibles, como servicios bajo demanda y horarios más ajustados a estas nuevas necesidades.
La situación plantea desafíos para los planificadores urbanos y operadores de transporte, quienes deben encontrar un equilibrio entre la disminución del tráfico durante las horas pico y la necesidad de adaptar el sistema a la variabilidad de los nuevos patrones de viaje.